Anfetaminas
Las anfetaminas son psicoestimulantes producidos sintéticamente en laboratorios químicos a finales del siglo XIX. Estos estimulantes fueron usados para diferentes fines, entre los que destacan su uso bélico en el siglo XX, ya que se les proporsionaba a los soldados para vencer el cansancio y mejorar su rendimiento en batalla.
Estos psicoestimulantes fueron usados ampliamente para controlar el sueño y para reducción de peso.
En la actualidad, las anfetaminas tienen un uso restringido y se producen clandestinamente para su venta en el mercado negro.
Las anfetaminas son drogas estimulantes del SNC (Sistema Nervioso Central). Se encuentran en el mercado en cápsulas o tabletas de diferentes formas y tamaños.
Las anfetaminas pueden ingerirse
vía oral, aunque algunos adictos se las inyectan o la inhalan. Un ejemplo de
anfetamina inhalada es el speed que se consigue en polvo y se consume por
inhalación como la cocaína, con la que comparte los riesgos asociados a esta vía
de administración (daños sobre la mucosa nasal). El speed es una anfetamina
ampliamente usada y se traduce del ingles (velocidad)
Las anfetaminas son drogas adictivas, capaces de generar dependencia.
Las anfetaminas a menudo son una de las sustancias con las que se mezclan las drogas de síntesis, para fabricar las metanfetaminas.
Las anfetaminas recuerdan a la cocaína en sus efectos ya que produce sensación de alerta, confianza y aumenta los niveles de energía y autoestima, haciendo desaparecer la sensación de hambre y de sueño.
Las anfetaminas al igual que todas las drogas producen efectos psicológicos y fisiológicos, por lo que podemos encontrar:
Agitación, euforia, sensación de
autoestima aumentada, verborrea, constante agresividad, Alerta y vigilancia
constante.
Efectos
fisiológicos
Falta de apetito, taquicardia, insomnio, sequedad de boca, sudoración, aumento de la tensión arterial y contracción mandibular.
Las anfetaminas son drogas
adictivas, capaces de generar dependencia. Las anfetaminas son usadas con
frecuencia para perder peso, ya que ocasionan falta de apetito, situación que
conlleva a la desnutrición y por lo tanto mayor predisposición a las
enfermedades.
El síndrome de abstinencia se presenta con un cuadro muy grave de depresión,
letárgica y cansancio, lo que puede llevar a tomar grandes dosis de anfetaminas
para mitigar este estado.
Otro de los riesgos de consumir anfetaminas es que estas pueden desencadenar un
cuadro psicotico, que en ocasiones puede ser grave con delirios de persecución y
alucinatorios, también pueden desencadenar depresión reactiva, delirios
paramoides e intensa dependencia psicológica.
Cuando se deja de consumir anfetaminas, esto da un cuadro de agotamiento intenso. Hipertensión, arritmias, colapso circulatorio y trastornos digestivos.